A finales de febrero de 2020, sin ser conscientes de los acontecimientos que vendrían a continuación, con la paralización de medio mundo, pusimos rumbo a Marrakech, a un intercambio juvenil cuyo leitmotiv era el estilo de vida saludable.
Siendo un tema tan atractivo para mí, como el desconocimiento que tenía al respecto.
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Nos acogieron en un edificio del Ministerio Marroquí de la Juventud, supongo por lo importante que debe ser para ellos, que programas europeos se desarrollen en su país, y la oportunidad que presenta para establecer lazos culturales. El lugar era inmejorable, capitulo a parte merece la gastronomía marroquí de la que podíamos disfrutar por triplicado (desayuno, comida y cena) todos y cada uno de los días. Tampoco faltaron el té y los dulces (con medida por supuesto).
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Los participantes hicimos todo lo posible porque el intercambio fuera inolvidable. Lleno de dinámicas sorprendentes que hicieron calar bien hondo el mensaje. La dinamizadora Daniella, tenía varias actividades preparadas y al ver que algunas no salían como se esperaba no dudo en pedirnos consejo y feedback para así poder mejorar todos juntos.
Ha sido muy ilustrador ver como los problemas que tenemos en nuestro país, pueden surgir o haber sido superados en otros y tomarlos como ejemplo o incluso nosotros aportar soluciones. Me gustaría que las conclusiones de este tipo de encuentro traspasarán las barreras del grupo formado y pudiera llegar a tener un impacto más grande.
Mario Vico Escribano (Spain)
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