Una convicción que nace del corazón
El compromiso con el empoderamiento femenino no es una moda, ni una estrategia institucional. Es una decisión moral y humana que surge del reconocimiento de una verdad universal: las mujeres son las portadoras del equilibrio y la continuidad de la vida.
Durante siglos, han sostenido familias, comunidades y economías desde el silencio. Han educado, alimentado y curado sin recibir el mismo valor ni las mismas oportunidades. El empoderamiento femenino, por tanto, no busca invertir el poder, sino restaurar la justicia.
En el marco del proyecto Stronger Together, este compromiso se convierte en acción. A través de la cooperación entre ABARKA ONGD (España) y ZEMBUL Women’s Cooperative (Turquía), el empoderamiento se vive no como un concepto, sino como una práctica diaria: aprender juntas, producir juntas, decidir juntas.

Empoderar no es dar poder, es reconocerlo
El error más común es creer que empoderar a una mujer significa concederle algo que no tenía. Pero el poder ya está en ella.
Empoderar es desbloquear lo que la sociedad reprimió, devolverle la voz, la confianza y el espacio que siempre le pertenecieron.
Las mujeres de ZEMBUL, por ejemplo, no esperaron que alguien las “salvara”. Convirtieron la necesidad en una oportunidad: crearon un modelo de producción local basado en la cooperación, la economía solidaria y el respeto por la naturaleza. Con su trabajo cotidiano, no solo generan ingresos; redefinen lo que significa liderar.
Como recuerda Clotaire Ntienou, fundador de ABARKA:
“Desde niño vi cómo mi madre y tantas mujeres de mi comunidad sostenían el mundo con sus manos. Por eso sé que trabajar junto a ellas no es un acto de ayuda, sino de justicia.”
Educación y cultura: las verdaderas herramientas de cambio
El empoderamiento femenino solo es posible cuando se acompaña de educación, autonomía y acceso al conocimiento. Por eso, los programas de formación del proyecto Stronger Together van más allá de la capacitación técnica: enseñan liderazgo, cooperación, comunicación, gestión y derechos.
La educación abre puertas, pero la interacción cultural derriba muros.
Cuando una mujer del País Vasco comparte su experiencia con una mujer kurda, ambas descubren que las barreras que las separaban son más pequeñas que los sueños que las unen.

De ahí nace una alianza poderosa: mujeres que se reconocen, se inspiran y se fortalecen mutuamente.
Empoderar es transformar comunidades
Una mujer empoderada no cambia solo su destino, cambia el de todxs lxs que la rodean.
Cada vez que una mujer se organiza, la comunidad entera gana en dignidad. Cuando aprende a gestionar sus finanzas, transmite esa sabiduría a sus hijas y a sus hijos. Cuando se une con otras mujeres para producir, inspira a otras a salir del aislamiento.
Por eso, Stronger Together no solo forma mujeres: forma redes, cooperativas y futuros.
El empoderamiento no se mide por cifras, sino por la capacidad de generar esperanza donde antes había resignación.
Un compromiso que no termina
El verdadero desafío no está en iniciar proyectos, sino en mantener viva la llama del cambio.
El empoderamiento femenino exige continuidad, coherencia y ternura.
Exige líderes que escuchen y hombres que comprendan que la igualdad no resta, multiplica.
Nuestro compromiso, como ABARKA ONGD y ZEMBUL, es seguir caminando junto a las mujeres, no delante ni detrás de ellas. Es garantizar que la voz que hoy se alza no vuelva a ser silenciada.
Porque empoderar a una mujer es reparar el tejido roto del mundo.
Y cuando ellas se levantan, el mundo entero se levanta con ellas.
El empoderamiento femenino no es un destino, es un viaje colectivo.
Un viaje donde cada paso cuenta, donde cada historia importa, y donde cada mujer que se atreve a creer en sí misma abre el camino para muchas más.
“Empoderar a una mujer es sembrar futuro. Sostener su crecimiento es sostener la humanidad.”


